La comunicación Páez, Una corta historia.

La historia de Adonías Perdomo aparece por si misma como una rica fuente de comprensión. Resistiré la tentación de analizarla y reflejar lo que  ella nos dice sobre su protagonista y sobre la cultura Páez. Pienso que es importante darle la palabra a los indígenas, no sólo porque han sido silenciados...

Descripción completa

Autor Principal: Alba, Gabriel; Pontificia Universidad Javeriana
Formato: info:eu-repo/semantics/article
Idioma: spa
Publicado: Pontificia Universidad Javeriana - Facultad de Comunicación y Lenguaje 1993
Materias:
Acceso en línea: http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/signoypensamiento/article/view/3188
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Sumario: La historia de Adonías Perdomo aparece por si misma como una rica fuente de comprensión. Resistiré la tentación de analizarla y reflejar lo que  ella nos dice sobre su protagonista y sobre la cultura Páez. Pienso que es importante darle la palabra a los indígenas, no sólo porque han sido silenciados desde hace quinientos años, sino porque así aprendemos a comprender y respetar la diferencia. Relatos como el de Adonías Perdomo permiten un aprendizaje sobre puntos específicos. Por ejemplo, esta narración ilustra claramente que el problema de los espacios y el territorio juega un importante papel en la formación de las lenguas indígenas, que la educación está unida a la naturaleza y a la simbología de la comunidad, que los conceptos de verdad y mentira son relativos: dependen de la circunstancia y del interlocutor, que la palabra no tiene un valor por si misma sino porque es pronunciada por un hablante que compromete su individualidad y su historia en ella y que el tiempo indígena es un tiempo simultaneo, donde el pasado, el presente y el futuro confluyen todos a la vez. Aunque este relato menciona todos estos temas específicos, hay dos puntos en particular que debemos recordar. Primero que en la cultura Páez “”el medio es el mensaje”. El valor del medio no está determinado por lo que le medio transmite, sino por ejemplo, despierta nuevas sensibilidades no por el discurso que transmite sino por el ambiente que crea. Aquí debemos entender “mensaje” como las percepciones que a uno se le permite tener, las sensibilidades que se le ayuda a desarrollar. La radio en los Páeces despierta el deseo de hablar, de aprender a hablar, de decir lo callado. Es una posibilidad que tiene el deseo de decirse. Segundo, debemos recordar que las prácticas en la cultura Páez son eminentemente prácticas de representación. La puesta en escena de un ritual como el del matrimonio, por ejemplo introduce un salto cualitativo en el terreno de la representación, recurriendo a la ficción: las tulpas como metáforas de la unidad familiar y el baile de la chucha que simboliza la casa como estandarte de la supervivencia y la continuidad de una cultura. ¿No será  que la representación de lo exterior al mundo de los hombres, de lo sagrado, solo es posible por vía de la semejanza?