Maldición de Malinche: Visiones y reivindicaciones de la Malinche en la obra de Octavio Paz, Carlos Fuentes y Rosario Castellanos

Esta investigación gira en torno al personaje histórico de la Malinche. La indígena que sirvió de traductora a Hernán Cortés. A lo largo de la historia la Malinche adquirió importancia como símbolo de la identidad mexicana, pues, al tener un hijo del conquistador, fue identificada como la primera ma...

Descripción completa

Autor Principal: Roldán Rueda, Natalia
Formato: masterThesis
Publicado: Pontificia Universidad Javeriana 2013
Materias:
Acceso en línea: http://hdl.handle.net/10554/2845
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Sumario: Esta investigación gira en torno al personaje histórico de la Malinche. La indígena que sirvió de traductora a Hernán Cortés. A lo largo de la historia la Malinche adquirió importancia como símbolo de la identidad mexicana, pues, al tener un hijo del conquistador, fue identificada como la primera madre del mestizaje En esa medida, se convirtió en la madre simbólica de todos los mexicanos, que no son sino bastardos mestizos, hijos de la indígena traidora que abandonó lo propio por aliarse con el extranjero De esta manera surge el malinchismo como una enfermedad que sufre el mexicano, que se mantiene en una perpetua crisis de identidad El mito institucional de la Malinche ha sido creado y difundido por el Estado mexicano a través de una retórica nacionalista impuesta por medio de la historiografía, la enseñanza escolar, la literatura, los actos patrióticos, los discursos y la museología. Hasta terminar siendo asumido por los mexicanos como memoria histórica o conciencia colectiva. Por esta razón, es un personaje de investigación tan inquietante, que permite entender de qué manera los mexicanos han entendido y cuestionado su propia identidad. Los dilemas que plantea la figura de la Malinche en la identidad mexicana son explorados en este trabajo alrededor de construcciones ensayísticas y literarias mexicanas de la segunda mitad del siglo XX, específicamente en las obras El laberinto de la soledad de Octavio Paz; "Las dos orillas" y Todos los gatos son pardos de Carlos Fuentes, y en El eterno femenino de Rosario Castellanos.