Foucault y la emergencia del psicoanálisis: hombre, locura y sexualidad

La palabra psicoanálisis aparece por primera vez en 1886 en un artículo de Freud titulado Nuevas observaciones sobre las psico-neurosis de defensa, en donde se emplea el término para designar una nueva práctica cuyo objetivo era abandonar la catarsis practicada por la hipnosis y la sugestión en el t...

Descripción completa

Autor Principal: Bohórquez Olaya, Julián Mateo
Formato: Trabajo de grado
Idioma: spa
Publicado: Universidad Santo Tomás 2018
Materias:
Acceso en línea: Bohórquez Olaya, J. M. (2016). Foucault y la emergencia del psicoanálisis: Hombre, locura y sexualidad., 1-104.
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Sumario: La palabra psicoanálisis aparece por primera vez en 1886 en un artículo de Freud titulado Nuevas observaciones sobre las psico-neurosis de defensa, en donde se emplea el término para designar una nueva práctica cuyo objetivo era abandonar la catarsis practicada por la hipnosis y la sugestión en el tratamiento de las neurosis (Leplanche, Pontalis, 2004, p. 317). Posteriormente, en su artículo de la Encyclopédie de 1922, Freud definiría el psicoanálisis, en primer lugar, como un método para la investigación de procesos mentales inaccesibles por otras vías; en segundo lugar, como un método para el tratamiento de los trastornos neuróticos basado en las investigaciones sobre los procesos mentales; y en tercer lugar, como una serie de concepciones psicológicas, adquiridas por la investigación y el tratamiento, las cuales pretenden formar progresivamente una nueva disciplina científica (Freud, 1984, p. 250). El psicoanálisis entonces nacía bajo la forma de un método de investigación, de un método psiquiátrico y de un conjunto de teorías psicológicas, a partir de las cuales se pretendía reestructurar el campo de la psiquiatría, de las ciencias humanas, del arte e incluso de la política. En todo caso, la recepción que tuvo el psicoanálisis en toda Europa osciló entre el rechazo y la aceptación, sobre todo entre los médicos y los psiquiatras, los cuales lo describieron desde su inicio como una pseudo-ciencia que aún no contaba con saberes claros ni con métodos objetivos y científicos. Al mismo tiempo, la lectura de las obras de Freud también estuvo marcada por la intención de hermanar su teoría del deseo con una teoría política de corte marxista, a partir de lo cual se proponía una doctrina revolucionaria capaz de liberar las alienaciones políticas y las represiones sexuales que aquejaban a los individuos (Mendoza, 2007, p. 24).