Más allá del “il-y-a” de la noche. La persona, Ícono del trascender
La vida personal es fuente de fluxión que hace fluir. En la corriente de conciencia que constituye nuestra vida en el mundo, el yo se mantiene como algo idéntico a través de la multiplicidad cambiante del devenir. Sean cuales fueren las huellas o las cicatrices que la vida nos imprime aun modificand...
Autor Principal: | H, Carlos Díaz |
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Formato: | info:eu-repo/semantics/article |
Idioma: | spa |
Publicado: |
Quaestiones Disputatae: temas en debate
2014
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Acceso en línea: |
http://revistas.ustatunja.edu.co/index.php/qdisputatae/article/view/721 |
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Sumario: |
La vida personal es fuente de fluxión que hace fluir. En la corriente de conciencia que constituye nuestra vida en el mundo, el yo se mantiene como algo idéntico a través de la multiplicidad cambiante del devenir. Sean cuales fueren las huellas o las cicatrices que la vida nos imprime aun modificando nuestras costumbres y nuestro carácter, algo invariable permanece. Hay corriente, pero en ella mi yo de hoy es el mismo que mi yo de ayer: “No se trata de que haya un mismo yo, sino de que haya un yo mismo. No se trata de la identidad del yo, sino de su mismidad interna. No de que haya un mismo mí, sino de que sea mí mismo. Quien dura no es el mismo yo, sino un yo mismo; no se trata, pues, de la identidad del yo, sino de su mismidad. Ahora bien, esto no podría ocurrir, si no fuera proyectando precisamente mi propia realidad. El fluir de los sentido es pura y simplemente la realidad en fluencia”(Zubiri X, 2005) |
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