Jesucristo sentido último de toda la existencia humana

La cuestión sobre el sentido último de la vida siempre ha estado presente a lo largo de la historia humana. El hombre busca perfeccionarse, ser feliz y darle un sentido auténtico y último a su vida en medio de los problemas que hay en el mundo. Si el hombre tiene nostalgia de Dios, tiene sed de e...

Descripción completa

Autor Principal: Guerrero Guerrero, Vinicio Renato
Formato: bachelorThesis
Idioma: spa
Publicado: PUCE 2016
Materias:
Acceso en línea: http://repositorio.puce.edu.ec/handle/22000/10153
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Sumario: La cuestión sobre el sentido último de la vida siempre ha estado presente a lo largo de la historia humana. El hombre busca perfeccionarse, ser feliz y darle un sentido auténtico y último a su vida en medio de los problemas que hay en el mundo. Si el hombre tiene nostalgia de Dios, tiene sed de eternidad y hambre de plenitud. Entonces, la pregunta por el sentido último de la existencia aún sigue teniendo vigencia y es de vital importancia que el hombre se pregunte y se cuestione profundamente para que en la búsqueda de la verdad pueda alcanzar el significado al enigma de su persona. Tanto la ciencia como las religiones de las diferentes culturas han buscado responder acerca del significado y del destino último del género humano. Pero, la revelación cristiana afirma que solo Jesucristo, único salvador absoluto, por el misterio de su Encarnación, en su doble naturaleza humana y divina es la respuesta al sentido último de toda la existencia humana. En Jesucristo Verbo encarnado y personificación del amor el hombre llega a conocer su verdadera identidad y el sentido último de su vocación humana. Por la Encarnación lo humano ha quedado plenamente divinizado. Lo cual nos revela que la vocación del hombre es divina y está hecho para la eternidad. Gracias a la Encarnación del Hijo de Dios el hombre ha descubierto que es capaz de Dios (Capax Dei), y le descubre no solamente el fin último de su existencia, también le revela que todo cuanto existe tiene un origen divino, responde a un propósito divino y que constituye el fundamento de todas las cosas.