La muerte de Cristo es vida

Partimos del hecho de que el ser humano en su curiosidad por el mundo y lo que lo rodea se pregunta sobre su muerte; sin embargo, la mayoría de respuestas no satisfacen su cuestionamiento, el ser humano busca dar sentido a su vida y su muerte a su vez busca alcanzar la plenitud existencial, y así...

Descripción completa

Autor Principal: Cabascango Fernández, Diego Mauricio
Formato: bachelorThesis
Idioma: spa
Publicado: PUCE 2016
Materias:
Acceso en línea: http://repositorio.puce.edu.ec/handle/22000/10308
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Sumario: Partimos del hecho de que el ser humano en su curiosidad por el mundo y lo que lo rodea se pregunta sobre su muerte; sin embargo, la mayoría de respuestas no satisfacen su cuestionamiento, el ser humano busca dar sentido a su vida y su muerte a su vez busca alcanzar la plenitud existencial, y así nacen las más diversas ideologías sobre nuestra vida y nuestra muerte. El tema de la muerte es tratado desde varios escenarios históricos del desarrollo de del pensamiento en la sociedad, por esto el presente trabajo hace un recorrido por lo más destacado para tratar de responder al enigma de la muerte. Y en la enseñanza cristiana católica se encuentra por revelación divina en la Escritura, una respuesta a este enigma. La interrogante sobre lo que nos espera después de esta vida, como la conocemos, es una interrogante universal y existencial. La filosofía antigua y presocrática inicialmente invitaba a una reflexión sobre la muerte. Como parte natural del ciclo de vida. En los periodos de la reflexión platónica y aristotélica se pasa del mero disfrute de la vida a recordar que la muerte es el destino del hombre porque es mortal y señalar que el hombre tiene un alma que trasciende este mundo físico. Añadamos que se adhieren los temas de la inmortalidad y la reencarnación. Prepararse para morir es pensar en la vida y el modo de vivir, entonces, si se lleva una vida virtuosa la muerte será virtuosa o si es una vida corrupta la muerte será trágica. Todos tenemos potencia de perfección. En el periodo medieval el encuentro entre Fe y la Razón, nos presentara una nueva forma de ver la vida, de esperar la muerte y una marcada esperanza de nueva vida después de la muerte por la fe. Los filósofos del medio evo, mantienen sobre el tema de la muerte la prioridad de la inmortalidad del alma, en la visión del Ser, es Dios, quien comparte su ser y por ende no lo abandona a la nada y al sin sentido. Se sostiene que la revelación de Dios permite al hombre buscar la perfección del alma y esta se consigue en la búsqueda del bien. A continuación, pensar en el alma como una forma sustancial del cuerpo, permite también pensar en un propósito final que lo da Dios. El hombre tiene un fin extrínseco a sí mismo, y muestra muerte no tendrá la última palabra, porque nuestra alma es de cualidades: individual, inmortal y creada. Dios afirma que es dueño de la vida y de nuestra muerte.