Pensamiento vivo de Agustín Cueva

La primera década del siglo XXI estuvo signada a nivel latinoamericano, con contadas excepciones, por la masiva llegada al poder de movimientos políticos que no dudaron en izar la bandera de la izquierda y que proclamaron en las tarimas el comienzo de una época de cambios. Confusión, por decir lo me...

Descripción completa

Autor Principal: Paladines V., Marco
Idioma: esp
Publicado: Pontificia Universidad Católica del Ecuador 2016
Materias:
Acceso en línea: CDT/301.09866/C894P1
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Sumario: La primera década del siglo XXI estuvo signada a nivel latinoamericano, con contadas excepciones, por la masiva llegada al poder de movimientos políticos que no dudaron en izar la bandera de la izquierda y que proclamaron en las tarimas el comienzo de una época de cambios. Confusión, por decir lo menos, fue la sensación imperante durante la misma década en las ciencias sociales latinoamericanas, tanto en las de orientación crítica como en las autodenominadas “científicas”. Ambas fueron sorprendidas por las novedades que traía el nuevo milenio: las primeras, intentando quitarse de encima el duro peso de la arremetida imperialista en su variante neoliberal (que se sintió con fuerza durante la década de 1990); las segundas, reducidas a su tarea tecnocrática en los centros privados (y privativos) de producción teórica. Recién iniciada la segunda década del presente siglo, las aguas dejan la turbidez y permiten a las ciencias sociales mirar con mayor claridad la realidad de nuestras sociedades bajo el dominio de los grupos que hoy se encuentran en el poder. Como una persona que ha dormido mucho tiempo, lentamente las ciencias sociales van asomando las narices en la realidad capitalista latinoamericana, a ver si pueden, por fin, acercarse a la comprensión de la sociedad que las anida. Una vez terminada la proscripción de los temas del pensamiento crítico, parece ser un buen momento para buscar la auto-comprensión de nuestra sociedad, así como de tender puentes hacia las “fuerzas sociales” que pueden asumir la crítica a nivel práctico. Los esfuerzos encaminados a una auto-comprensión de nuestra realidad social pasan, en primera instancia, por ajustar cuentas con el pasado y, por lo tanto, con los esfuerzos que en él se realizaron. Para América Latina, los años “dorados” de la producción teórica fueron aproximadamente los de la década de los setenta. Nunca antes (y quizá nunca después) el debate fue tan fructífero