Las barras bravas y la violencia del capital
El capitalismo es un modo de producción violento, determina y condiciona las relaciones sociales que se forjan en este. Este es producto de procesos sociales que crearon las condiciones necesarias para la producción y reproducción de un modelo de sociedad: la clasista. Dichas condiciones no son m...
Autor Principal: | Montalvo Yépez, José Alfonso |
---|---|
Formato: | bachelorThesis |
Idioma: | Spanish / Castilian |
Publicado: |
PUCE
2017
|
Materias: | |
Acceso en línea: |
http://repositorio.puce.edu.ec/handle/22000/12262 |
Etiquetas: |
Agregar Etiqueta
Sin Etiquetas, Sea el primero en etiquetar este registro!
|
Sumario: |
El capitalismo es un modo de producción violento, determina y condiciona las
relaciones sociales que se forjan en este. Este es producto de procesos sociales que
crearon las condiciones necesarias para la producción y reproducción de un modelo de
sociedad: la clasista. Dichas condiciones no son meramente económicas, sino que tiene
que ver con un Ethos formado dentro de este modo de producción, que determina la
forma en cómo materializamos el mundo. Esta forma particular de materialización del
mundo propia del capitalismo es la que permite su constante reproducción.
Dentro de este Ethos del capitalismo, el sujeto no es el dueño del objeto de su
producción, de su fuerza de trabajo, ni de la ganancia que estos generan. Mientras que el
trabajador es el que crea los objetos que se distribuyen en el espacio mercantil, es decir
las mercancías que son consumidas y distribuidas en la sociedad, hay un otro que se
apropia de esta riqueza producida socialmente, otro que no participa directamente en el
proceso de producción, pero que sin embargo se apropia de los productos de este
proceso o de la ganancia que estos generan. Generándose así, una expropiación de la
actividad humanizante para el sujeto, el trabajo. Razón por la cual la identificación que
tiene el sujeto con su trabajo, la del obrero, resulta turbada, ya que esta les es ingrata, y
buscan encontrar nuevas formas de identificación que sean gratificantes y que generen
vínculos más comunitarios, ya que el sujeto obrero no solo no es dueño de la fuerza y el
producto de su trabajo, sino que también debe competir con otros sujetos para mantener
su espacio, lo que le forja unas relaciones individualistas fundadas en la competencia.
Este Ethos violento mediante el cual el capitalismo se reproduce es lo que Zyzek
denomina como violencia sistémica, que es justamente la manifestación de un sistema
económico y político que se funda en el despojo, la dominación y disciplinamiento de
nuestras vidas; la violencia sistémica es parte de lo que en muchas lecturas la llaman
violencia objetiva, la cual es una violencia más sutil, que no es visible, que se encuentra
oculta tras el discurso, tras la ideología y que permite que las formas de violencia
subjetiva broten y aparezcan.
Las barras bravas son precisamente un brote de la violencia subjetiva, la cual solo pudo
aparecer como producto de la ya mencionada violencia sistémica/objetiva. Los brotes de
violencia subjetiva son los más visibles ante la opinión pública y son tratados como
hechos aislados que surgen en relación a otros problemas de la sociedad como la
drogadicción y la delincuencia, o a la vez, son calificados como actos irracionales y
bárbaros de sujetos no civilizados, sin relacionarlos con un problema que yace en la
estructura propia del modo de producción en el cual vivimos. Las barras bravas son la
otra cara de la moneda de la violencia sistémica/objetiva, y al igual que esta, están muy
lejanas de no tener una lógica y una racionalidad. De hecho, las barras bravas se han
constituido como Otro, que tiene un Ethos propios con códigos, rituales y formas de
relacionamiento, que existen dentro del Ethos del capitalismo. Razón por la cual el
capitalismo, mediante los Estados modernos, opera mecanismos para suprimir a estos
Otros, que han encontrado en la violencia y el futbol una forma de identificación y
relacionamiento que les es más grata que la esperada por la globalización capitalista.
Los mecanismos que opera el capitalismo son los de la exclusión y represión. Su primer
momento fue apropiarse del espacio lúdico del futbol para convertirlo en un negocio
redondo que pone en cuestión los intereses de grandes emporios empresariales, para
buscar convertirlo en un espacio de consumo racional y de elite, donde los espectadores
consumen un bien en un espacio de respeto de la propiedad privada. Un segundo
momento es la deslegitimación de cualquier uso de violencia ajena a la estatal, para así
mediante las instituciones de control del orden, excluir a estos Otros fuera del
espectáculo del fútbol moderno. Convertir a estos Otros barras bravas que son hinchas
en clientes, para que de esta manera funcione libremente el ejercicio comercial que los
emporios empresariales han inyectado en este espacio que en un principio fue de
recreación y protesta. |
---|