“Los afectos homoeróticos en la poesía de Francisco Granizo y Roy Sigüenza”

En la poesía ecuatoriana, lo homoerótico ha sido un motivo de estudio insuficiente. Así, con esta investigación me propongo resarcir esa carencia en la crítica literaria. He tomado dos voces líricas: Francisco Granizo (Quito, 1925-2009) y Roy Sigüenza (Portovelo, 1958). El propósito fundamental de e...

Descripción completa

Autor Principal: Rosero Bravo, Jairo Patricio
Formato: masterThesis
Idioma: Spanish / Castilian
Publicado: PUCE-Quito 2018
Materias:
Acceso en línea: http://repositorio.puce.edu.ec/handle/22000/15323
Etiquetas: Agregar Etiqueta
Sin Etiquetas, Sea el primero en etiquetar este registro!
Sumario: En la poesía ecuatoriana, lo homoerótico ha sido un motivo de estudio insuficiente. Así, con esta investigación me propongo resarcir esa carencia en la crítica literaria. He tomado dos voces líricas: Francisco Granizo (Quito, 1925-2009) y Roy Sigüenza (Portovelo, 1958). El propósito fundamental de esta tesis es analizar la poetización de estos afectos. La pregunta ¿Cómo las voces líricas de Francisco Granizo y Roy Sigüenza construyen y expresan sus afectos? Es lo que se intenta responder. Con este fin, recurro a la teoría literaria de Carlos Bousoño con hincapié en las reflexiones sobre el símbolo en Teoría de la expresión poética, tomo I. Además, los modelos de análisis estilísticos que ofrece Dámaso Alonso, en Poesía Española: ensayo de métodos y límites estilísticos, igualmente, he incluido los aportes de Wolfgang Kayser, en Interpretación y análisis de la obra literaria. También, ha sido necesario contextualizar este estudio con los razonamientos que se encuentran en el libro El erotismo de Georges Bataille. Así propuesto el diálogo, analizaré una enunciación homoerótica que es sentida con dolor, tanto por el yo lírico de Francisco Granizo como por el de Roy Sigüenza. Dolor que en el caso de Francisco surge por la imposibilidad de poseer al objeto del deseo, y en Roy un dolor matizado con protesta social, miedo y soledad. Estas voces tan parecidas, pero a la vez tan disímiles vivencian sus afectos desde una postura única. El yo de Granizo mantiene sus afectos tras un velo lingüístico que en definitiva enriquece su poesía. Sin embargo, ese yo trasluce su homoerotismo en la creación de símbolos fálicos y metaforizaciones que responden a una tradición cultural homosexual, pero también a la originalidad de la voz lírica graniciana. En cuanto al yo de Sigüenza, sus afectos los comunica espontáneamente y sin anfibologías o ambigüedades ‒así como lo hace la voz de Granizo‒, al punto que el yo sigüenza no asume una “conciencia queer” que le permite entrar en pugna con una sociedad androcéntrica que intenta escarnecer y eliminar sus afectos, aunque a pesar de su combate, en ocasiones tenga que esconderlos en sitios clandestinos, caracterizados por la sordidez y lejanía.