Nosotros y los otros. Reflexiones en torno a la alteridad y su configuración en el periodo colonial
Las urgencias de la colonización, la creciente información sobre el Nuevo Mundo y, especialmente, acerca de sus habitantes desembocaron en una polarización de opiniones que, aparentemente, no dio lugar a posiciones intermedias, no solocuando se debatieron los derechos de la Corona española para conq...
Autor Principal: | Regalado de Hurtado, Liliana |
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Formato: | |
Idioma: | spa |
Publicado: |
Pontificia Universidad Católica del Perú. Instituto Riva Agüero
2012
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Acceso en línea: |
http://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/113667 |
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Sumario: |
Las urgencias de la colonización, la creciente información sobre el Nuevo Mundo y, especialmente, acerca de sus habitantes desembocaron en una polarización de opiniones que, aparentemente, no dio lugar a posiciones intermedias, no solocuando se debatieron los derechos de la Corona española para conquistar y colonizar América sino también al definirse y ponerse en prácticas las políticas oficiales relacionadas a los derechos de los indígenas y al tratamiento que deberíadepararse a los nativos americanos y a sus autoridades tradicionales. El indio fue idealizado como un inocente salvaje, ennoblecido por su vida en contacto con la naturaleza o visto como un ser degradado física y moralmente. En el primer caso,resultaba débil y profundamente vulnerable —incluso por el demonio — mientras que, en el segundo, era la expresión del mal “[...]de donde se sigue que el pecado grave por el cual desde su principio les ha seguido y seguirá, con la maldición dela Divina Mano que les ha aborrecido, haciéndolos por su Divino Saber perversos de iniquidad y oprobio -como de su dura obstinidad se presume-, es parte para que en ellos no se pueda injerir algún pimpollo que dé verdadero fruto. Son tan sucios y malos y viles, de bajo entendimiento medrosos corazones que me atrevo a decir que en ninguna manera son buenos para servir a Dios, si Dios no les muda loscorazones como le mudó a San Pablo[...]” (Álvarez [1588] 1988: 73). |
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