Panorama de la escultura virreinal limeña (1600-1670): relaciones con Sevilla y México. Perfil histórico artístico del escultor mexicano Juan García Salguero

En cuanto a las relaciones artísticas entre los distintos virreinatos y la metrópoli, se dan a conocer los últimos avances en el conocimiento riguroso y preciso de la escultura del virreinato del Perú. En concreto, los artistas que trabajaron en la ciudad de Lima, donde abundaron los escultores de o...

Descripción completa

Autor Principal: Ramos Sosa, Rafael
Formato: info:eu-repo/semantics/article
Idioma: spa
Publicado: Pontificia Universidad Católica del Perú. Instituto Riva Agüero 2018
Materias:
Acceso en línea: http://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/113784
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Sumario: En cuanto a las relaciones artísticas entre los distintos virreinatos y la metrópoli, se dan a conocer los últimos avances en el conocimiento riguroso y preciso de la escultura del virreinato del Perú. En concreto, los artistas que trabajaron en la ciudad de Lima, donde abundaron los escultores de origen sevillano. En ese panorama, aun sin ser definitivo, se encuentra un artífice de origen mexicano, Juan García Salguero, del que se aportan noticias inéditas de sus obras,y se trata de identificar dos relieves escultóricos de su mano.Promete un rico y significativo panorama el estudio de la escultura virreinal americana, tan ricoque no dejan de llamar la atención –visto en perspectiva hasta donde conocemos– los diferen- tes desarrollos y ritmos de las artes en los distintos virreinatos y centros artísticos americanos. México destaca por el gran desarrollo de la arquitectura, el retablo y la pintura; la escultura ha sido estudiada en menor medida y tal vez porque, por el momento, sus creaciones no sean de la importancia de las otras artes. En cambio en el otro gran virreinato, el del Perú, parece que la escultura tuvo un gran desarrollo igual que en México, pero con singulares aciertos y personalidades en Lima, Cuzco, Potosí, Quito. No sé si fue significativo para el derrotero del desarrollo artístico el hecho de que en los inicios mismos del proceso occidental-histórico en México surgiera una pintura como foco relevante del crisol novohispano; me refiero a la tilma de Juan Diego, el icono de la Virgen de Guadalupe (1535). Mientras que en el virreinato suramericano, con un proceso histórico un poco posterior y desde luego más dificultoso, el hecho más relevante fue la escultura de la Virgen de Copacabana por Francisco Tito Yupanqui (1583). En ambos casos la protagonista es una imagen mariana generada entre las poblaciones autóctonas como vehículo del proceso general evangelizador. Visto en perspectiva pareciera una opción artística en las creaciones de México y Perú, consolidada con los siglos. Un aspecto que ilumina las profundas raíces comunes entre los distintos virreinatos y su entronque con la mentalidad hispana medieval y del Siglo de Oro es cómo estos primeros iconos perviven con el carácter inicial de “imagen de lo invisible”, ante las cuales –afortunadamente– no parece haber llegado a cuajar aquella afirmación de Hegel en su Alemania contemporánea (recogida por M. Heidegger): “De nada nos sirve hallar magníficas las imágenes de los dioses griegos y ver dignay consumadamente representados Dios-Padre, Cristo y María: ya no nos arrodillamos ante ellas”. Efectivamente, este es un nervio de la escultura religiosa americana y ha de tenerse siempre encuenta a la hora de enfocar y valorar sus creaciones artísticas.