¿Lucha de soberanías? Dimensiones hegemónica y contrahegemónica de los derechos humanos y jurisdicción complementaria de la Corte Penal Internacional

Se ha aludido que la jurisdicción complementaria que define a la Corte Penal Internacional vulnera elejercicio de la soberanía estatal. No obstante, tratándose de crímenes de Estado en tanto crímenes contrala humanidad, bien puede sostenerse que la jurisdicción complementaria podría llegar a constit...

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Autor Principal: GAMBOA RUBIANO, SANDRA ROCIO
Formato: info:eu-repo/semantics/article
Idioma: spa
Publicado: Universidad Santo Tomás, Bogotá-Colombia 2012
Materias:
Acceso en línea: http://revistas.usta.edu.co/index.php/iusta/article/view/1078
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Sumario: Se ha aludido que la jurisdicción complementaria que define a la Corte Penal Internacional vulnera elejercicio de la soberanía estatal. No obstante, tratándose de crímenes de Estado en tanto crímenes contrala humanidad, bien puede sostenerse que la jurisdicción complementaria podría llegar a constituir unretroceso. Esto, entre otras razones, por no ser coherente con la lógica de protección eficaz de bienesjurídicos de especial valía para la humanidad, en cuya congruencia en el pasado se estableció la jurisdicciónconcurrente que definió los tribunales internacionales de Yugoslavia y Ruanda.En dichas condiciones resulta interesante revisar este fenómeno a partir de la constitución contrahegemónicade los derechos humanos, reconociéndose, como lo hace Sousa Santos, la existencia, vinculacionese implicaciones de las formas de poder en las sociedades capitalistas, al igual que sus profundosmensajes en relación con los crímenes de Estado. Ello, con mayor razón, cuando se ha establecido que ladiscusión de la contrahegemonía –que inicia con Gramsci y que en parte desarrolla Sousa Santos desdela perspectiva de la dominación de la globalización neoliberal– propugna, como lo señala Bonet (2010),por un “nuevo contrato social global más solidario e incluyente que el hoy en crisis contrato social de lamodernidad occidental”.AbstractIt has been mentioned that the complementary jurisdiction which defines the ICC prevents the exercise ofstate sovereignty. However, for state crimes as crimes against humanity, it can be argued that supplementaljurisdiction could eventually form a setback. This, among other reasons, because it is not consistent withthe logic of effective protection of legal interests of particular value to humanity, whose congruency wasestablished in the past, defining the concurrent jurisdiction of the international tribunals in Yugoslaviaand Rwanda.In these conditions it is interesting to check this phenomenon from the counter-establishment of humanrights, recognizing as Boaventura de Sousa Santos does, existence, linkages and implications of theforms of power in capitalist societies, like their deep messages concerning state crimes. This, even moreso when it has been established that the discussion of counter-hegemony, beginning with Gramsci andpartly developed by Sousa Santos under the perspective of domination of neoliberal globalization, callsfor a “new global social contract more caring and inclusive than today social contract crisis of Westernmodernity “(Bonet, 2010).Resumo:Foi mencionado que a jurisdição complementar define o ICC impede o exercício da soberania do Estado.No entanto, para crimes de estado como crimes contra a humanidade, pode-se argumentar que a competênciasuplementar poderia, eventualmente, formar um revés. Isto, entre outras razões, porque não écoerente com a lógica de protecção eficaz dos interesses jurídicos de especial valor para a humanidade,cuja congruência foi estabelecido no passado, que define a competência concorrente dos tribunais internacionaisna Iugoslávia e Ruanda.Nessas condições, é interessante verificar esse fenômeno a partir do contador-estabelecimento dos direitoshumanos, reconhecendo como faz Boaventura de Sousa Santos, a existência, as ligações e as implicaçõesdas formas de poder nas sociedades capitalistas, como suas mensagens profundas sobre crimesde Estado. Isto, ainda mais quando foi estabelecido que a discussão da contra-hegemonia, começando com Gramsci e Boaventura desenvolve em parte sob o domínio da globalização neoliberal, apela para um“contrato social nova crise global de contrato de mais carinho e inclusiva do que hoje social modernidadeocidental “(Bonet, 2010).