“Conocimientos, actitudes y prácticas del personal del servicio de salud sobre el manejo de la violencia hacia la mujer infligida por su pareja en la Unidad Médica Eloy Alfaro, 2018”

Introducción: La violencia contra la mujer es considerada un problema de Salud Pública a nivel mundial por lo que diversas Organizaciones Mundiales han recomendado la creación de políticas de estado de protección hacia la mujer. La prevención de la violencia contra la mujer es una prioridad en Salu...

Descripción completa

Autor Principal: Suquillo Loachamín, Silvia del Carmen
Otros Autores: Vera Saltos, Nancy Janeth
Formato: specializationThesis
Idioma: Spanish / Castilian
Publicado: PUCE-Quito 2019
Materias:
Acceso en línea: http://repositorio.puce.edu.ec/handle/22000/15544
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Sumario: Introducción: La violencia contra la mujer es considerada un problema de Salud Pública a nivel mundial por lo que diversas Organizaciones Mundiales han recomendado la creación de políticas de estado de protección hacia la mujer. La prevención de la violencia contra la mujer es una prioridad en Salud Pública en el que están implicados los servicios sanitarios y sus profesionales como un punto estratégico para conseguir un adecuado abordaje y manejo de este problema. Objetivo: identificar los conocimientos, actitudes y prácticas del personal de salud que trabaja en la Unidad Médica Eloy Alfaro (UMEA) en relación con la prevención, atención y manejo integral de la violencia contra la mujer infligida por su pareja (VMIP); se realizó este estudio y se espera aportar con nuevos datos científicos acerca del tema. Materiales y métodos: se realizó un estudio de tipo cualitativo etnográfico a través de entrevistas semiestructuradas individuales y de grupos focales a todo el personal de la Unidad Médica Eloy Alfaro que cumplieron los criterios de inclusión para conocer las técnicas de detección, abordaje y manejo de la VMIP o las limitaciones para realizarlas. El total de participantes sumaron 42 (n=42); de varias profesiones: médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, odontólogos, licenciadas de laboratorio, fisioterapistas, administrativos, personal de nutrición, psicología, trabajado social y farmacia; de diferentes edades y con predominio del sexo femenino (83%) que trabajaban en las diferentes áreas de la UMEA. Se aplicó una encuesta para la recolección de los datos demográficos, educativos, profesionales y sociales de los participantes para su análisis a través de Excel 2016. Los participantes firmaron un consentimiento informado aceptando participar en el estudio; las entrevistas individuales y de grupos focales grabadas en audio se realizaron en un período aproximado de un mes para poder coincidir con los horarios disponibles sugeridos por ellos, posteriormente las grabaciones fueron transcritas y revisadas. La interpretación de los datos fue realizada utilizando análisis de contenido. Se desarrolló un esquema de codificación por medio de indicadores cualitativos y fue revisado por las 2 investigadoras. El texto de las entrevistas fue analizado de acuerdo con los indicadores cualitativos. Resultados: Sobre los conocimientos de VMIP, los participantes no supieron definir de forma clara este problema y se limitaron más hacia la descripción de los tipos de violencia, no hubo mucha diferencia entre las repuestas de los profesionales por áreas de servicio, sin embargo, los médicos indicaron una definición más compleja del tema. La violencia física y psicológica son las formas más reconocidas por el personal de salud y en menor proporción la de tipo sexual y económico. Un gran número de participantes no ha recibido capacitación formal sobre VMIP durante sus estudios académicos ni en su área laboral, pero si han adquirido conocimientos por otros medios y autoformación; por lo tanto, la mayoría de ellos fueron capaces de reconocer algunos factores de riesgo de VMIP y a los grupos vulnerables. Existe un desconocimiento general sobre protocolos de detección y manejo de estos casos y son pocos los profesionales que mencionan la existencia de la Guía de atención Integral de violencia de género del MSP, pero no la aplican en su práctica diaria. Todos los participantes indicaron algún signo o síntoma de violencia que les puede ayudar en el diagnóstico de VMIP sobre todo cuando existen manifestaciones físicas y emocionales. La actitud del personal de salud ante la sospecha de VMIP es iniciar un diálogo con la paciente, profundizar en el tema y confirmar el diagnóstico para poder canalizar a estas pacientes en búsqueda de ayuda especializada. Todos los profesionales aceptan que es muy importante realizar detección de estos casos por las diversas consecuencias que conlleva este problema, sin embargo, no forma parte de una rutina hacerlo. Las principales barreras para el diagnóstico y manejo de VMIP dependen de las actitudes de la paciente hacia el enfrentamiento de su situación, de los profesionales de salud con respecto a sus propios temores y nivel cognoscitivo del tema, del sistema de salud en el contexto del tiempo de consulta y falta de información; y de la sociedad en la que se menciona al machismo como una barrera cultural arraigada desde la antigüedad. En cuanto a las prácticas, el personal médico se orienta hacia el tratamiento sintomático inicial sobre todo en los casos de violencia física y posteriormente a un manejo integral con psicología y trabajo social. El resto de los profesionales según sus competencias mencionan que inician un diálogo con las pacientes para ganar su confianza y poder guiarlas a otras instancias como el sistema de salud o hacia el ámbito judicial. Los entrevistados sugieren que deben mejorarse las oportunidades para que las mujeres puedan tener independencia económica, implementar medidas en la educación de los niños para cambiar la mentalidad cultural del machismo e implementar protocolos de actuación de VMIP dentro de la unidad médica, entre otras recomendaciones. Conclusiones: Los conocimientos sobre VMIP de los participantes de la UMEA fueron irregulares, no se indica una definición muy clara, casi todos saben reconocer los tipos de violencia, factores de riesgo y grupos vulnerables. Los signos físicos y psicológicos son los que más orientan a los entrevistados para sospechar que una mujer es víctima de VIP. Se considera trascendental realizar detección de VMIP por las consecuencias que provoca en la salud de las mujeres, sin embargo, no se lo realiza en forma rutinaria por desconocimiento y falta de protocolos. La actitud general ante la sospecha de VMIP es intentar hacer algo por la víctima si ella lo permite, hablar con ella, ofrecerle ayuda y guiarla hacia otras instancias cuando no se tiene los conocimientos apropiados para su manejo. En la práctica se trata de proporcionar atención oportuna de lesiones y apoyo psicológico si es el caso, se procura que la paciente realice la denuncia contra el agresor y el seguimiento de caso es llevado por trabajo social.