La monarquía parlamentaria, entre la historia y la Constitución

El trabajo realiza un análisis histórico de la monarquía parlamentaria, con la finalidad de explicar la decisión del constituyente de 1978 de establecer esta forma de gobierno. De este modo se comprueba que la monarquía parlamentaria era un concepto preexistente para el constituyente, pero en realid...

Descripción completa

Autor Principal: Díaz Revorio, Francisco Javier
Formato: Artículo
Idioma: Español
Publicado: Pontificia Universidad Católica del Perú 2015
Materias:
Acceso en línea: http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/pensamientoconstitucional/article/view/14886/15426
Etiquetas: Agregar Etiqueta
Sin Etiquetas, Sea el primero en etiquetar este registro!
Sumario: El trabajo realiza un análisis histórico de la monarquía parlamentaria, con la finalidad de explicar la decisión del constituyente de 1978 de establecer esta forma de gobierno. De este modo se comprueba que la monarquía parlamentaria era un concepto preexistente para el constituyente, pero en realidad no tenía antecedentes en España, donde la monarquía había sido constitucional en todos los precedentes decimonónicos. Con estos parámetrosse procede al análisis constitucional de las regulaciones básicas de la Corona, y en especial de la posición y funciones del rey. De este análisis se deduce que es la Constitución la que instaura la monarquía parlamentaria, y su fuente de legitimidad, y que el constituyente adoptó esta forma política porque era la única opción de mantener la monarquía en un sistema plenamente democrático, mediante la racionalización de la misma. La historia juega un triple papel en la monarquía parlamentaria española: 1) fundamentador o explicativo (pero no legitimador); 2) interpretativo de los preceptos constitucionales, por la vía de los antecedentes, o complementador de sus lagunas en la medida en que la misma configure costumbres constitucionales; 3) dinamizador, dado que exige una perspectiva evolutiva. Esta idea permite entender que la monarquía parlamentaria española ha de afrontar los retos del momento presente y del futuro, lo que exige intensificar su racionalización y su renovación.