Los niños no son menores: Promoción de derecho de niños y niñas
La labor inaplazable de promover y apropiar los derechos de los niños y niñas para convertirlos en parte de la realidad cotidiana de las familias, las comunidades y los estados, requiere que a la misma se convoque tanto a 105 niños y niñas como a las familias y sus comunidades, agentes activos y det...
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La labor inaplazable de promover y apropiar los derechos de los niños y niñas para convertirlos en parte de la realidad cotidiana de las familias, las comunidades y los estados, requiere que a la misma se convoque tanto a 105 niños y niñas como a las familias y sus comunidades, agentes activos y determinantes de| cambio que se propone.
El presente documento se constituye en una guía básica de trabajo para aquellos que acepten el reto y la responsabilidad de educar para el desarrollo de una cultura de paz, en donde todos acojamos el respeto por la Vida, el reconocimiento de la dignidad de los niños y el acatamiento del papel fundamental que los adultos tenemos con el cuidado, la garantía, la exigibilidad y la protección de los derechos de los niños sin dilaciones, excusas o menosprecio.
Los adultos debemos entender que los niños y niñas son sujetos de derecho cuya particularidad debe ser valorada como un tesoro a fin de garantizar el desarrollo de las potencialidades a partir de la creación de condiciones socioeconómicas, educativas y ambientales que favorezcan el aprendizaje de lo mejor de lo que somos y la transformación de lo malo que tenemos. En tanto esta tarea la realiza el conjunto de la sociedad; desde la madre, los medios de comunicación hasta el tendero de la esquina, es importante que todos tomemos conciencia de ello y participemos activamente para la construcción de una sociedad más justa y menos violenta.
Los niños y niñas no son el futuro, son el presente que nos reclama y necesita. Hoy es el día para revisar tus acciones, para mejorar tú forma de relacionarte con ellos, para aprender más acerca de ellos y para cambiar tus creencias absurdas que legitiman las acciones violentas que no educan para la paz y la vida.
Un futuro mejor es posible si tú educas con amor, con respeto y si crees que la vida puede ser mejor. En los ojos de los niños y niñas hay una llama encendida de esperanza y fe que no debemos apagar con nuestra incredulidad, pesimismo, desmotivación o pereza.
No olvidemos que somos lo que pensamos y que todo lo que hoy concebimos como una realidad que dignifica nuestras vidas, algún día, hace muchos años, fue una idea que lumino los ojos de un adulto que no dejo de ser niño. |
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