HACIA UNA MORAL AUTONOMA-TEONOMA

La conducta humana exige una moral racional, es decir, centrada en el mismo hombre. El juicio de valor se desprende de esa realidad ontológica, el hombre esencialmente es un sujeto trascendental. En la apertura al otro descubre la apertura al infinito. Por eso, la moral que rige el comportamiento hu...

Descripción completa

Autor Principal: Ortiz, Froilán Tiberio Casas
Formato: info:eu-repo/semantics/article
Idioma: spa
Publicado: Quaestiones Disputatae: temas en debate 2014
Acceso en línea: http://revistas.ustatunja.edu.co/index.php/qdisputatae/article/view/382
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Sumario: La conducta humana exige una moral racional, es decir, centrada en el mismo hombre. El juicio de valor se desprende de esa realidad ontológica, el hombre esencialmente es un sujeto trascendental. En la apertura al otro descubre la apertura al infinito. Por eso, la moral que rige el comportamiento humano es autónoma- teónoma una y otra se exigen mutuamente. Excluir una de las dos es mutilar al hombre. Esta moral es objetiva y permanente. Tiene como referente al hombre en su natural apertura al infinito. El hombre es categorialmente autónomo y trascendentalmente teónomo. La simbiosis expresa la unidad humana. Unidad que demuestra la totalidad del hombre. Llevándolo a buscar y amar el bien.