Ética, derechos animales y liberación

Desde el siglo XIX, el problema de la instrumentalización de los animales ha tenido cabida en los espacios académicos y ha generado gran interés en diferentes áreas de conocimiento. En especial, la ética se ha ocupado de este problema y ahora crece en ella la preocupación por el modo en que tratamos...

Descripción completa

Autor Principal: Parada Rincón, Brigitte Juliette
Formato: Tesis de maestría
Idioma: spa
Publicado: Universidad Santo Tomás 2017
Materias:
Acceso en línea: http://hdl.handle.net/11634/9318
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Sumario: Desde el siglo XIX, el problema de la instrumentalización de los animales ha tenido cabida en los espacios académicos y ha generado gran interés en diferentes áreas de conocimiento. En especial, la ética se ha ocupado de este problema y ahora crece en ella la preocupación por el modo en que tratamos a los animales. Aunque el problema existe desde hace mucho tiempo, actualmente se da una afectación social, jurídica y política que ha motivado la creación de leyes que sancionan de manera severa a quienes maltraten a un animal. Gracias a los medios de comunicación y a la internet, cada día más accesible para un gran porcentaje de la población del planeta, la información acerca de cualquier eventualidad con respecto al trato animal y a los movimientos animalistas llega fácilmente a la gente, para evidenciar y denunciar el sufrimiento innecesario que causamos a los animales. Es necesario reconocer que la cosificación y el sometimiento de los animales por parte de hombres y mujeres, tal como la conocemos hoy en día es una forma de colonialismo. El respeto por la naturaleza y la vida animal por parte de los habitantes de América antes de la conquista europea era esencial, constituía una fuente de armonía y conocimiento. Incluso, tenemos referencias sobre cómo los animales eran símbolos divinos de gran valor para las comunidades, tal es el caso del cóndor, la serpiente o el jaguar. Pero con la llegada de los europeos, esta cosmovisión se quebrantó, pues la racionalidad occidental la calificó como hechicería e idolatría.