Todos mis actos en el espejo de la muerte : muerte y contingencia en descripción de la mentira de Antonio Gamoneda

Tanto los críticos como los lectores no especializados de la obra de Antonio Gamoneda, coinciden en que Descripción de la mentira es su libro más importante –sólo el Libro del frío (1992) rivaliza, tal vez, con este inagotable poema. A pesar de que en 1977 –año de su publicación– cosechó solamente a...

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Autor Principal: Astudillo Párraga, José Luis
Formato: bachelorThesis
Idioma: spa
Publicado: Pontificia Universidad Católica del Ecuador 2015
Materias:
Acceso en línea: http://repositorio.puce.edu.ec/handle/22000/7136
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Sumario: Tanto los críticos como los lectores no especializados de la obra de Antonio Gamoneda, coinciden en que Descripción de la mentira es su libro más importante –sólo el Libro del frío (1992) rivaliza, tal vez, con este inagotable poema. A pesar de que en 1977 –año de su publicación– cosechó solamente algunas reseñas, este poema extenso se ha erigido, con el paso de los años, como la cumbre de su obra poética, y como el punto de inflexión que divide su producción anterior –conformada por libros como Sublevación inmóvil (1960) y Blues castellano (1982)– de volúmenes como Lápidas (1986) o Arden las pérdidas (2003), que representan una profundización de los hallazgos estilísticos, pero sobre todo temáticos, que el poeta ofreció en Descripción de la mentira. El desconocimiento y la falta de difusión de la obra de Gamoneda ya han sido subsanados, y con creces. No es necesario mencionar con detalle que, durante varios años –aproximadamente hasta la publicación de Edad (1987)–, sus libros pasaron casi inadvertidos, y su nombre no se incluía junto al de otros poetas de la llamada “Generación del 50” como Claudio Rodríguez o José Ángel Valente. Para Gamoneda: La llamada “Generación del 50” no es el resultado de un estilo colectivo (…) Entre los “legítimos” del 50, (…) la afinidad procede más que nada de la amistad. Y de otra cosa importante, que no sé si ya se ha dicho: son la primera hornada de poetas jóvenes coincidente en la negatividad en relación con la dictadura derivada de la guerra civil. Pero, por otra parte, a la larga –puede que también a la corta– se parecen muy poco entre sí. (Gamoneda, 1997, p. 183) “El escritor es lo opuesto al grupo” (1994, p. 156), escribió José Ángel Valente, y añadió: “ “Cronológicamente pertenezco a eso que se ha llamado la “generación de los 50” –6 y cada vez que escucho tal cosa me recorre un escalofrío: me parece que son cincuenta tíos que vienen a caballo y amenazan con atropellarse” (1994, p. 158).