Programa de concienciación para prevenir la agresividad de los padres de familia hacia los niños y niñas del quinto año de educación básica en la escuela Luis G. Tufiño-Quito

Pobreza, hambre, desesperación, soledad, desesperanza y abusos son algunos de los factores que rodean y caracterizan a nuestra sociedad. Sin embargo, una de las peores y más dolorosas situaciones que un menor puede vivir es la del maltrato infantil. Este es un hecho que ha venido en aumento y que la...

Descripción completa

Autor Principal: Lescano Benavides, Alicia
Formato: bachelorThesis
Idioma: spa
Publicado: Pontificia Universidad Católica del Ecuador 2015
Materias:
Acceso en línea: http://repositorio.puce.edu.ec/handle/22000/7272
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Sumario: Pobreza, hambre, desesperación, soledad, desesperanza y abusos son algunos de los factores que rodean y caracterizan a nuestra sociedad. Sin embargo, una de las peores y más dolorosas situaciones que un menor puede vivir es la del maltrato infantil. Este es un hecho que ha venido en aumento y que la sociedad lo reconoce como un comportamiento erróneo y desaprobado en toda instancia, pero a la vez se ve como algo tan común que hace parte del diario vivir. Algunos padres no pueden o no satisfacen las necesidades básicas de sus hijos. Sin alimentación, los niños mueren de hambre; sin ropa, padecen de frío. Otros niños son víctimas de abusos constantes: son pateados, golpeados, quemados, sacudidos, arrojados contra las paredes, asfixiados, en general viven aterrorizados por las personas que se supone los cuidan. Esto es lo que a diario los medios de comunicación se encargan de difundir y es realmente alarmante. Los casos de maltrato infantil en la Escuela Luis G. Tufiño existen y han ido en aumento con el paso de los años. Su efecto recae directamente en el desempeño escolar y el comportamiento; hecho que causa preocupación en el personal de la institución debido a la frecuencia de peleas intraclase del estudiantado. Las horas de clase se desarrollan en un caos constante; por consiguiente los alumnos son suspendidos, agravando de esta manera el problema. El rol de los padres de esta Institución no contribuye en nada al mejoramiento; pues es evidente la falta de interés, la ausencia es permanente en muchos de los casos y, cuando éstos hacen acto de presencia, tampoco ejercen acciones de control, supervisión y acompañamiento a sus hijos. En el mejor de los casos acuden por ayuda al departamento de Orientación pero van una sola vez y no regresan, convirtiéndose, en un círculo vicioso, año tras año. Algunos de los casos han sido reportados a instituciones gubernamentales para tratar de frenar las agresiones; sin embargo, algunos de los niños o niñas han sido retirados de la institución.