La encarnación del logos, plenitud de la naturaleza humana

El ser humano se encuentra en permanente búsqueda de sí mismo, y son muchas las teorías que ha elaborado al respecto. Sin embargo, se halla ante la dificultad de no llegar a resolverlo del todo. Busca definir su realidad y termina por asumir aquello que se le presenta o se le oferta como su propia n...

Descripción completa

Autor Principal: Aldas Salazar, Luis Miiguel
Formato: bachelorThesis
Idioma: spa
Publicado: Pontificia Universidad Católica del Ecuador 2015
Materias:
Acceso en línea: http://repositorio.puce.edu.ec/handle/22000/7543
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Sumario: El ser humano se encuentra en permanente búsqueda de sí mismo, y son muchas las teorías que ha elaborado al respecto. Sin embargo, se halla ante la dificultad de no llegar a resolverlo del todo. Busca definir su realidad y termina por asumir aquello que se le presenta o se le oferta como su propia naturaleza, así, se une a varias teorías existencialistas o incluso idealistas. Pero, en la Teología Cristiana, la encarnación del Logos aparece en su historia y tiene “algo” que decirle no solamente a nivel de su existencia sino sobre todo a nivel de su esencia. El hombre alcanza, entonces la plenitud de su naturaleza en el Logos encarnado, radicalmente, ya que solamente en Jesucristo se cumple la totalidad del plan divino de salvación (cfr Ef 2, 1 – 10), es decir que al fin se realiza en su esencia, tal y como Dios lo pensó desde la eternidad. El haber creado al hombre a su “imagen y semejanza” (Gn 1, 26) nos revela que Dios quiere compartir su propia vida con él. El Logos encarnado es el único que puede revelarle al hombre su verdadero ser, como plenitud de su naturaleza. Jesucristo es esa plenitud ya que Él es el modelo en el cual todo hombre es creado y hacia quien tiene que estar dirigida su realización.