Fundamentos filosóficos de la reforma educativa ecuatoriana de 1996: balance y perspectivas.

El hombre es el único ser educable. Este ser es simultáneamente biológico, psíquico y social. Pero no lo es en forma pasiva. Está frente al mundo provisto de una actividad espiritual, de una concepción de la vida. A través de esta idea básica encuentra la explicación de muchos “por qué”, aparte d...

Descripción completa

Autor Principal: Ochoa Torres, Manuel Joffre
Formato: bachelorThesis
Idioma: spa
Publicado: 2012
Materias:
Acceso en línea: http://dspace.ups.edu.ec/handle/123456789/2066
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Sumario: El hombre es el único ser educable. Este ser es simultáneamente biológico, psíquico y social. Pero no lo es en forma pasiva. Está frente al mundo provisto de una actividad espiritual, de una concepción de la vida. A través de esta idea básica encuentra la explicación de muchos “por qué”, aparte de la posibilidad de enfocar a la realidad como a un todo. En primera instancia la filosofía es, pues, una concepción del mundo y de la vida que repercute sobre la conducta. Esto sucede no sólo con la filosofía de los entendidos en la materia, sino también con la “filosofía” del hombre común. Toda teoría filosófica conduce a una actitud e intenta explicar unitariamente la realidad. Por eso se dice que la filosofía es una reflexión totalizadora en cuyo campo entran lo natural como lo humano. De lo dicho se deriva la importancia de la filosofía para la educación. Si esta pretende formar al hombre en su integridad, ¿quién más que la filosofía puede darle una idea de esa integridad? El educador no puede emprender su misión, si antes no se ha trazado por lo menos un esquema del punto a que se debe llegar, es decir una imagen del hombre (ciudadano) a formar. Por eso, esencialmente, la filosofía que fundamente la acción educativa debe ser una “filosofía de lo humano”.