Los objetos como cosas: una aproximación arqueológica desde Cerro de Oro

El sitio arqueológico Cerro de Oro se ubica en el distrito de San Luis, en el valle bajo de Cañete, sobre un promontorio natural que ocupa poco más de ciento cincuenta hectáreas. Lo primero que se observa al llegar a esta zona es su imponente arquitectura, bien planificada, con espacios ortogonal...

Descripción completa

Autor Principal: Rodríguez Romero, Carol Michelle
Formato: Tesis de Licenciatura
Idioma: Español
Publicado: Pontificia Universidad Católica del Perú 2017
Materias:
Acceso en línea: http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/123456789/9019
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Sumario: El sitio arqueológico Cerro de Oro se ubica en el distrito de San Luis, en el valle bajo de Cañete, sobre un promontorio natural que ocupa poco más de ciento cincuenta hectáreas. Lo primero que se observa al llegar a esta zona es su imponente arquitectura, bien planificada, con espacios ortogonales que forman estructuras de gran tamaño cuyos muros sobrepasaron, en algún momento, los seis metros de altura. Los caminos que conectan a estas áreas, los cercos que recorren el sitio y los accesos definidos al interior de los complejos demuestran un uso restringido del espacio, posiblemente exclusivo para los habitantes de Cerro de Oro (Fernandini 2015: 108). Las construcciones de adobe, tapial y piedra que se extienden de Sur a Norte corresponden a los diferentes grupos humanos que este sitio acogió, cada uno sujeto a las circunstancias que acaecían en la costa centro sur en un determinado período de tiempo. Las poblaciones que ocuparon Cerro de Oro moldearon el sitio según sus necesidades, haciendo uso de toda su extensión para el desarrollo de diferentes actividades. Labores como la agricultura y la pesca fueron posibles gracias a su ubicación estratégica en un espacio que les permitía tener fácil acceso a tierras de cultivo y a especies marinas. Según los estudios más recientes, estos recursos habrían sido manejados en espacios diferenciados dentro del sitio, siendo la “Quebrada sureste” la zona de cocina y procesamiento de alimentos, y la “Planicie sureste” el área de almacenamiento para su posterior distribución (Fernandini 2015). Otras actividades como la producción alfarera y la textilería también se lograron en el sitio, aunque la existencia de estas solo se muestra, hasta el momento, a través de sus productos finales.